jueves, mayo 06, 2010

Marea baja

Me encanta estar en tus costas viendo a las aguas bajar. Tirar piedras que rebotan -haciendo sapito- y resisten por un segundos antes de sumergirse en el mar. Dejar que los sonidos de tu oleaje -al mezclarse entre las piedras- me relajen. Me gusta sentir que tu encanto me embriaga y dejarme soñar.

15 comentarios:

  1. yo quiero que me enseñes a tirar piedras haciendo sapito

    :)

    ResponderBorrar
  2. tu haces de lo simple.. algo maravillosos.. y te admiro por ello

    ResponderBorrar
  3. ¡Qué BONITO! Foto y palabras. Besos

    ResponderBorrar
  4. Ainsss, yo nunca he sabido tirar las piedras así y me da una evidia cuando veo que alguien lo hace y las hace saltar 3 y 4 veces!!

    Besos

    ResponderBorrar
  5. Pues mira, hasta ahora no me gustaba la playa.

    ¿Hacemos sapitos juntos?
    Me encantaría

    Miren

    ResponderBorrar
  6. Sin duda tenés alas por dentro! Irse un poco en cada piedrá, que siempre tiramos hacía adelante. Volar un poco, no?

    Abrazo!

    ResponderBorrar
  7. Que ese relax
    te embriague
    mucho tiempo.

    Besos.

    ResponderBorrar
  8. Preciosa foto acompañada de grandes acordes
    ;)

    ResponderBorrar
  9. Hermosa foto.

    Gracias por la visita.

    Saludos!

    ResponderBorrar
  10. Cuanto tiempo sin pasarme por aquí...preciosa la foto ...a mí me encanta hacer sapitos !

    ResponderBorrar
  11. "noesperonada" pero seria interesante seguir viendote pasear por mi espacio ;D

    un saludo!

    ResponderBorrar
  12. A mí nunca se me dio muy bien lo de hacer sapito pero a base de muchos intentos lo conseguía. Qué juego tan simple y tan divertido, ¿verdad?

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  13. El mar que posibilita tantas emociones encontradas: cuando baja la marea pude sumirnos en una sensación de absoluta paz; pero cuando está embravecido, es capaz de provocarnos verdaderos huracanes emocionales.

    Saludos

    ResponderBorrar
  14. Preciosa foto, me ha encantado.
    ¡Un beso enorme!

    ResponderBorrar

Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...