jueves, febrero 07, 2013

Naturaleza y arte

El cielo de El calafate, a veces, cuando atardece, se enciende y te sorprende. Los fuertes vientos del pacifico, que se dan contra esa gran muralla que es nuestra cordillera, pasan y en su pasar, provocan un revuelo de nubes que se muestran de inimaginables formas. En esto, como en tantas otras cosas, no hay con que darle a la naturaleza. Ella juega con las formas, los colores y los movimientos sin prejuicio alguno, como seguramente solo pueden hacerlo los verdaderos artistas.



2 comentarios:

Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...