viernes, septiembre 13, 2013

Migrar

Cuando deje de volar por necesidad y comience a volar por placer, seguro que se van a dar cuenta. Cuando deje de volar y decida a permanecer en este lugar, decidido a soportar en soledad la intemperie del que deja la bandada, seguro que nada ni nadie se conmoverá.


2 comentarios:

  1. Por alguna razón, a los demás siempre les incomoda más el placer de sus semejantes que su dolor. Debe de ser eso que llaman envidia.

    Un abrazo

    ResponderBorrar
  2. siempre conmueven las ausencias, sobre todo la de los que no pertenecen a la bandada, Juan Salvador.

    y por eso te mencioné en mi blog! pase y vea.

    un abrazo

    ResponderBorrar

Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...