1 -Brevemente, ¿Cómo fue tu ingreso a literatura en el papel de escritor?
Empecé a escribir en un
blog. Posteaba textos en los que trataba de reflejar mis posturas acerca de
temas coyunturales. Lo interesante de hacerlo era que, transcurrido cierto
tiempo, se podía volver a leer lo que se había escrito, y –al tomar distancia-
visualizar los errores de la escritura, los problemas de redacción e incluso
las dificultades para transmitir un mensaje que se afrontan al momento de
sentarse a escribir.
Así me di cuenta de que
no estaba diciendo lo que quería decir. O, por lo menos, no lo estaba haciendo
como quería hacerlo. Busqué ayuda y me encontré con un abanico de posibilidades
en las que no solo se me ofrecían herramientas para mejorar mi escritura, sino
que se me habría una puerta a ese mundo que se llama literatura.
El primer taller on line
lo hice con Luis Gruss; después llegó Andy Nachon, Raquel Garzón, Felix
Bruzzone y un grupo importante de escritores con los que me capacité en la Casa
de Letras. Fue así que dejé de ocuparme de lo coyuntural para iniciarme en el
mundo de la ficción. En mi blog Comunicalafate se puede apreciar parte de ese
proceso.
2- ¿Tienen cosas en común
la actividad política y la escritura? ¿Son
mundos similares o muy distintos?
La política aborda la
realidad desde la supuesta objetividad (para ello, a veces, recurre a la
construcción de relatos que nada tienen de objetivos); en cambio la ficción se
sustenta en el verosímil, el escritor no necesita demostrar nada.
Pensado así podríamos
aseverar -sin ser determinantes- que se trata de mundos distintos y distantes,
en los que podemos encontrar textos literarios que –sin ser panfletarios, sin
necesidad de bajar línea- poseen una sensible impronta política y (aunque muy
excepcionalmente) discursos políticos con una destacada carga poética.
3- Cuales dirías que son
los temas que más te movilizan?
Todo aquello que está
dando vueltas en nuestra cotidianeidad me despierta inquietudes que no se
tranquilizan hasta que no logro descargarlas en un texto.
Me conmueve el suicidio,
me deja varios días pensando qué hace que una persona llegue al borde del
precipicio y se tire sin que ni siquiera nos demos cuenta.
Me resulta incomprensible
la violencia, el que no podamos entendernos con palabras.
El pasado, y su
influencia –como condicionante de muchos de nuestros comportamientos- en el
presente, me despiertan curiosidad.
El desarraigo y la
idiosincrasia del campamento como fatalidad a la que muchos se sienten
condenados, son temas recurrentes que intento desentrañar.
El fracaso colectivo de
una sociedad en la que los éxitos personales no tienen un correlato
comunitario, ocupa muchas de mis pensamientos.
4- Respecto a la novela
Laberinto ¿qué te disparó la idea? ¿Cómo arrancaste a escribirla?
Empezó como una catarsis.
Necesitaba vaciar mi cabeza de información que no me dejaba pensar en cosas
nuevas. Podría haber concluido en un ensayo o una monografía, pero coincidió
con ese momento en el que lo literario empezaba a estar más presente y ello me
hizo pensar que, desde la ficción, podía abordar la realidad con más libertad.
5- Laberinto sugiere algo
de muy difícil salida, ¿la historia y actualidad santacruceña es un laberinto
constante?
Si bien la manera en la
que se caracteriza a la provincia remite a la famosa "habitación
cerrada" de Sartre, es decir, al tipo de conflicto que no tiene salida,
ello no implica que necesariamente debamos tomar al laberinto como una trampa;
todo lo contrario.
Puede entonces que el
juego no se trate de cómo salir. Tal vez la cuestión sea dejar de pensarnos
como condenados; de reconocer y reconocernos como parte de esta laberíntica
geografía patagónica en la que es el laberinto el que nos desafía, el que exige
de nuestra capacidad de ingenio para hacer más vivible nuestra existencia
dentro del mismo.
6- ¿Por qué en Santa Cruz
siempre está el fantasma de "la intervención"?
Tal vez sea porque nuestra
vida institucional, que pronto cumplirá sesenta años, en su primera mitad, estuvo
signada por la inestabilidad: desde Paradelo, que a raíz del juicio político
fue suspendido en su mandato, hasta la fecha, ni los gobiernos de factos fueron
inmunes a las conspiraciones y de ello da cuenta el Comodoro Rayneli.
Ello llevó a que me
preguntara sí ¿seremos una Provincia?, o estaremos aun, recorriendo los últimos
vestigios de lo que fue el Territorio de Santa Cruz, en el que, empezando por
Moyano y por casi un siglo, los que nos gobernaban venían designados desde
Buenos Aires.
7- Alguna vez dijiste que
el arte es una escapatoria a la muerte y a la locura ¿qué podes desarrollar
sobre eso?
En el intento de
desentrañar por qué nos suceden determinadas cosas, imaginé una realidad en la
que el tiempo que nosotros conocemos por la experiencia había sido reemplazado
por un tiempo en el que, en lugar de avanzar, dábamos vueltas sobre sí mismo.
Y, como en esa película
en las que el personaje se levanta todos los días en el mismo día, el futuro repetía,
cíclicamente, el pasado: una realidad en la que el vivir se había vuelto una
representación, una farsa; en la que, fatalmente, no teníamos otra alternativa (para
sobrevivir) que la de interpretar los roles que otros nos infligían; en la que,
el fingimiento como técnica de supervivencia, era la única vía de escape
posible.
Eso me hizo pensar en
que, tal vez, sea esa realidad la que lleva a algunos al suicidio; a otros a
escapar del mundo real hacia la locura; y, a otros, a refugiarnos en la
ficción.
Y me llevó a pensar también
a la ficción como un espacio creativo en el cual ejercer, sin
condicionamientos, esta libertad que nos hace nos hace más persona (y menos
personaje).
3- ¿Qué puede aportar la
cultura en esta coyuntura?
Las expresiones
culturales funcionan en las sociedades, aunque muchas veces no nos demos cuenta
de ello, como esas válvulas alivio de presión que tienen los termotanque:
evitan que éstas exploten.
Creo que fue Kafka el que
dijo que la escritura es más pobre pero más clara que la vida. Y es esa
claridad la que se encuentra leyendo texto como el de Flora Rodriguez de
Lofredo que en un verso de su poema perfil
de viento dice que “Estamos amasados
en fracasos, en soledad, y espera. Nos anida la fuerza de una raza que jalona
sin pausa la ancha cuesta…”; a el Lobo Peña que asevera en su poema Búsqueda: “Vamos andando como un niño entre lejanas paredes incoloras y es todo
soledad, miedo, vergüenza y es todo tan lejano que da frío. Pero debe existir
una salida, tiene que haber una puerta en las tinieblas, puede llamarse Amor,
Locura, Muerte... Pero debe existir, y eso creo”; o a Curinao que en Otros Animales XXVII dice “La gente entra
al mundo desde otros mundos. Una puerta cerrada, a veces, es una pregunta. Una
desesperación que nos alumbra. La victoria, al fin, será abrir esa puerta y ver
que adentro está todo, todo lo que callamos. El olvido camina en puntas de
pie.”
Debe ser por ello que creo
que, sí existe una salida, la debemos buscar leyendo a nuestros poetas, los de
antes y los de ahora.
4- Algo que quieras decir
y no te consulté (en que estás trabajando por ejemplo o algún concepto al
respeto)
Me parece interesante
destacar la producción literaria de Santa Cruz y cómo, de a poco se está
desplazando esa idea de pensar a nuestra provincia como lugar sin memoria, sin
literatura o sin escritores; o cuya única memoria existía, pero sólo en la voz
de los otros.
Me resulta inquietante el
ver cómo opera en nosotros la idea “de utopía, de ausencia, de no lugar” que
alimentaron los escritos de aventureros, diletantes y viajeros.
No digo que todo lo que
se publica sea necesariamente literario o que haya que leerlo porque el autor
es de acá. Lo que sí creo es que, cada vez que compramos un Best Selllers, deberíamos
peguntarle al librero si hay algún libro de autor santacruceño.
Debe ser por ello que me
embarqué, con la idea de darle más visibilidad a la producción literaria local,
en la tarea de armar una página web con un catalogo literario de autores
santacruceños al que se puede acceder mediante el link https://portalcalafate.wixsite.com/catalogoliterariosur?_utm_source=1-2-2
Por otra parte, estoy
trabajando en ver cómo celebramos en el 2018 los ochenta años del natalicio de
Héctor Rodolfo Peña.
A la vez, estoy
corrigiendo una novela (que espero poder publicar el próximo año) y cuentos
cortos (que seguramente terminaran en un nuevo libro).
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