Alejándonos de estas islas para continuar nuestra ruta, alcanzamos a los 49°30’ de latitud sur, donde encontramos un buen puerto; y como ya se aproximaba el invierno, juzgamos conveniente pasar ahí el mal tiempo , escribe Pigafetta, en su bitácora de viaje, un 1° de abril de 1520, frente a la costa de Puerto San Julían. Al hacerlo, esboza lo que se reconoce como el primer escrito, en proximidades del territorio que más tarde será la Provincia de Santa Cruz, y establece una fecha de referencia que se adoptará como el “Día de las Letras Santacruceñas”. Discutible, la fecha. Era, hasta la imposición del 4 de agosto como Día del Escritor Santacruceño, la única que aparecía en nuestro calendario, como excusa ineludible para que nuestros escritores y su producción literaria, dispongan de un momento de encuentro, se compartan lecturas, se recuerde a algún escritor desaparecido, o simplemente se haga una mínima pausa para reflexionar acerca de que se trata...
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña