Despacio, me dijo, debes ir más despacio. Este invierno
pronto dejará de estar entre nosotros y tus piernas entumecidas irán de a poco recuperando
el ritmo. Me dijo eso mientras encendía unas ramas secas en la salamandra. No
tiene sentido apurarse ahora, dijo y dejó que su cuerpo se acomodara lentamente
en la reposera. Lo miré con los ojos bien abiertos, como tratando de abarcar
toda esa existencia en mi mirada. El cielo seguía encapotado. No he podido
acostumbrarme a eso de vivir los momentos como una espera.
Escribir un rezo para un Dios inexistente Inventarme un Dios al cual rezarle sin fe Encontrar una fe que no esté presa de una religión Profesar una religión en la que no haga falta rezar para huirle a la angustia que me acompaña desde que no estás
La espera desespera, así dicen.
ResponderBorrarLa fotografía me gusta, pero me hiela el alma.
Un abrazo
Apurarse?...para ir a dònde?
ResponderBorrarPrecioso clima en tu blog y en la foto!
Abrazo