Me cuesta encontrar la ruta. Estoy como detenido en el tiempo. Atrapado en una inmensa manta blanca. La sensación de no ir hacia ningún lado me invade y debo esforzarme para que el vértigo no se apodere de mí. El transcurrir monótono va minando mis esperanzas de salirme, de que el clima cambie, de que amaine el temporal en el que terminé atrapado. Bajo un cambio. Me olvido de pensar en ese futuro, por ahora tan incierto. Se que voy a pasar este momento. Más por intuición que por certeza, sigo deslizándome sobre la huella. No es la primera ni la ultima tormenta que me toca atravesar. Se que depende mí y que puedo como nunca volver a confiar en lo que puedo dar. Mañana, me digo, voy tener que contarle a alguien esto.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
Las tormentas...SIEMPRE acaban pasando. Besos
ResponderBorrarya se q es repetitivo, pero.. mira fuera, hay un sol precioso, yo lo estoy viendo... te espero?
ResponderBorrarLas tormentas pasan, y luego sale el sol dandonos su calor y su energia.
ResponderBorrarBesos.
hay muchas veces que nos encontramos perdidos... pero cuando encontramos el camino ¡qué gratificante es!
ResponderBorrarLo pasajero debe ser la incertidumbre que ocasionan las tormentas, lo perdurable, es lo que aprendemos de ellas...
ResponderBorrarSaludos!
Pues aquí estamos para escucharte y para acompañarte en tu odisea.
ResponderBorrarBesos.
Tras la tempestad, llega la calma... al menos eso dicen.
ResponderBorrarBesos!!
Lo que dices guarda la certeza de quien ya ha vivido momentos similares y sabe que todo termina pasando.
ResponderBorrarAlgo bueno nos tiene que aportar la experiencia auque esta fuese mala, no?.
Besos
Casi siempre,todo muro y toda puerta abierta de par en par, está en nosotros.Como lo está perpetuar las tormentas, atravesarlas o esperar a que pasen.
ResponderBorrarAbrazo.
Tormentas nos da la vida para mantenernos despiertos ante las adversidades.
ResponderBorrarBesiños
siempre es bueno contar una tormenta, si? es noche de domingo, y hay vino, pan y queso.
ResponderBorrarte escucho...
tormentas en las que las brújulas de poco sirven...
ResponderBorrar... al final se lo has contado a mucha gente...
ResponderBorrarEstar bajo una tormenta de nieve o granizo es para morirse de miedo...
Abrazos.