Los que patinaron en la avenida, la otra noche, fueron los colocadores de cartel contratados por Julián. Mientras hacían la sobremesa de la vianda que les dieron de refrigerio, los militantes de Belloni, les ocuparon todas las palmas sobre Libertador y las de frente la muni también, como marcando la cancha.
Nos madrugaron de nuevo, dijo un conocido empresario de Néstor Méndez, mientras apuraba a su gente a colocar carteles de Julían, , para no quedar tan desplazados de la avenida de los votos.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
Zafar
-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...
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Es difícil imaginar como se lee desde el lugar del gobernante una derrota. Pero voy a arriesgar un escenario posible: imagino al Gobernador ...
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