Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
El mundo puede esperar, de hecho supongo que espera... el mundo en general.. quizàs en un deseo comùn o casi comùn de hacer al lugar màs pacìfico.. A veces siento que yo no puedo esperar, que necesito eso de salir y pescar, de encontrar un espacio abundante en naturaleza pero internamente me siento sumergida en la rutina y a veces sofoca, asi como decias vos de la ciudad... y coincido.
ResponderBorrarUn abrazo, cuantas imàgenes para descansar en tu blog!
Vero.
Justo de eso trataba mi cena de anoche, yo no se esperar...es cuestion de ejercitar la paciencia me dijo una amiga...
ResponderBorrarLindo!