Están por llegar. Desde temprano, intentó hacer de este día uno más. Puso unas ramas en la cocina a leña, para alimentar las brasas, que aun perduran de la noche anterior. Preparó unos mates. Encendió la radio y el locutor reiteró una vez más, lo dicho en las últimas emisiones: mensaje para Andrés de la Estancia La que no fue, mañana pasa vehiculo para traerlo a la ciudad, tenga todo preparado. Miró por la ventana, tragó saliva, para no dejarse invadir por esa mezcla de nostalgia y tristeza que dibujaba en su mente el recuerdo de hace veinte años atrás, cuando decidió venir al sur a probar suerte. Pensó en su patrón, que por poco no se muere en el puesto atrapado por una nevada temprana. Pensó, que si él estuviera hoy, esto no pasaría. Maldijo una vez mas a los herederos –a los que nunca conoció- por haber vendido todo, sin siquiera darse una vuelta por el lugar. Cargo el bolso con toda sus pertenencias, tomó el ultimo mate y se subió a la camioneta que con dos bocinazos anunciaba el final de un capitulo mas de la vida de un peón de campo.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Una más de tantas vidas que sufrieron lo mismo. Me gustó mucho, vi reflejadas muchas realidades muy conocidas, continúo con la lectura.
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