En Santa Cruz, la idea de lo provisorio, de estar solo de paso, estuvo siempre en permanente disputa con el deseo de arraigarse. Muchos, como Magallanes, sin importar la actividad económica que haya prevalecido, el origen migrante, la condición social, o el motivo que los haya impulsado a venir, recalaron sólo para pasar el invierno. Otros, como emulando a los habitantes originarios de esta tierra, lo hicieron para quedarse. Echar anclas sin vuelta, quemar las naves, decididos a establecerse. Indagar en nuestra historia es como hurgar en una construcción que, a las claras, no ha sido parte de un proyecto común. La memoria colectiva santacruceña tiene esa impronta: aparece fragmentada, de a retazos, como si fueran partes de un todo inexistente. Puede que, el no ser, sea la característica más significativa de nuestra identidad. En este contexto, los vestigios de los frigoríficos construidos en Santa Cruz a principios del siglo pasado, aparecen com...
no tengo la respuesta. si acaso con caudal te referís a la sociedad, creo que efectivamente es ahí donde nos sumergimos no en los nuestros, sino en los temores ajenos. no sé, y creo que no saber, también está bien. un beso!
ResponderBorrarTodo se va degradando al estar en contacto en este mundo que solo nosotros hemos creado y el cual algún día nos cobrará la factura.
ResponderBorrarSaludos
Para mi, sigue siendo un interrogante, creo que de alguna manera nos vamos degradando, pero a la vez es como si cada día que vivimos lo aportaramos a un todo que nos trasciende.
ResponderBorrar