Preparamos agua, una fruta, filtro solar, un calzado alternativo y rumbeamos hacia la isla. Sobre el techo de casa, una bandurria nos desea suerte en la travesía. Buen comienzo digo. Suelo creer en los mensajes de la naturaleza. Y no es que reniegue del pragmatismo en el que el conocimiento nos ha encarcelado, pero me han pasado tantas cosas en esta vida, que he aprendido también a jugar un poco con la idea de que estas presencias no son casuales, que hay en ellas una señal que tal vez nuestro raciocinio limitante no nos permite descifrar.
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Zafar
-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...
-
Es difícil imaginar como se lee desde el lugar del gobernante una derrota. Pero voy a arriesgar un escenario posible: imagino al Gobernador ...
-
Cuando reflexionamos sobre las cuestiones a tener en cuenta a la hora de formular proyectos sociales que puedan ser considerados exitosos en...
-
Una pareja pasa por la costanera. Van abrazados, como si sintieran frío. Es raro, en estos tiempos, ver parejas que caminen abrazadas. Ella...
Yo también creo en los mensajes de la naturaleza... ojalá la escuchemos más a menudo!
ResponderBorrarJamás había visto este aves. Me encanta...
ResponderBorrarComo suelo decir, con una foto muy similar sacada pro Gabriel Sastre en casa...esas son las gatas de nuestros tejados! Lindismas!
ResponderBorrarAnzaga:) Bandurrias.Se extienden por la patagonia.
ResponderBorrar