lunes, diciembre 21, 2009

Isla Solitaria XII

Hago una pausa y por un momento me quedo observando a la ciudad en la que vivo. Desde este lugar uno puede percibir, a ese “otro lado”, como una gran isla, en donde la soledad tiene otras formas de manifestarse. En ella, como dice Sabina: algunas veces gano y otras veces pongo un circo y me crecen los enanos; algunas veces doy con un gusano en la fruta del manzano prohibido del padre Adán; o duermo y dejo la puerta de mi habitación abierta por si acaso se te ocurre regresar; más raro fue aquel verano que no paró de nevar.


3 comentarios:

  1. Feliz Navidad! Ya tienes nombre chino...

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  2. Tienes suerte de ver y hacer todas esas cosas en tu isla solitaria.

    Un abrazo

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  3. Gracias por tu visita. ES agradable tu blog.
    Y, acaso haces bien dejando la puerta abierta..., por si regresa.
    Bicos

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Zafar

-Cuántas veces te lo tengo que decir, -dijo zamarreándolo de la remera- no quiero verte más en esa esquina jugando con esos atorrantes, que ...