Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
¿Entonces primavera o verano?
ResponderBorrarMuy lindo texto.
Me encanta la ternura de estas letras...
ResponderBorrarMe parece muy, muy bello.
ResponderBorrarUn beso.
¿Por qué dura tan poco el amor?.Seguramente sus caminos se cruzaron y nada más. Es difícil encontrar a aquel-la, que disfrute de la primavera y anhele el verano al unísono.
ResponderBorrar::)
Qué foto tan chula!! Y sí, cada uno emprende el vuelo cuando está listo para ello, claro que hay veces que es demasiado pronto y te pegas de bruces contra el suelo.
ResponderBorrarUn besito
Cómo me gusta tu foto y la golondrina!
ResponderBorrarSaludos