Siempre está presente. Aunque a veces la bruma de invierno la cubra como con un velo, ella está ahí. Frente a nosotros, cerca de la costa, frente a la ciudad, sumergida en el lago. Alguna vez alguien me insinuó que su imagen recordaba a la Isla negra de Neruda, pero no, esa comparación me pareció un exceso. Ella es –ni más, ni menos- la Isla Solitaria. El hermano viento nos regala hoy un día de calma. Faltan pocos días para el verano y recién hoy podemos decir que tenemos un día primaveral. Hemos visto que la franja que separa la bahía del lago, está ya dibujada sobre el horizonte y nos decimos que este es el momento para intentar hacerle un poco de compañía. Para mitigar esa soledad a la que -uno imagina- la han condenado los movimientos de la madre tierra.
Escribir un rezo para un Dios inexistente Inventarme un Dios al cual rezarle sin fe Encontrar una fe que no esté presa de una religión Profesar una religión en la que no haga falta rezar para huirle a la angustia que me acompaña desde que no estás
Que lindo para preparar el mate y pasar la tarde en esa isla solitaria.
ResponderBorrarUn beso :)
Soy capaz de transportarme a esa Isla sin salir de casa.
ResponderBorrarUn abrazo
Un paisaje precioso, y lleno de tranquilidad.
ResponderBorrarUn beso.