domingo, mayo 14, 2006

Transformaciones


Hoy pisé, después de muchos años, el predio del Parque General Belgrano. La calidez del otoño invitaba a caminar y motivado por la convocatoria realizada por un grupo de vecinos, me acerqué al predio ubicado sobre la calle Campaña del desierto.

Junto al cartel que nos indica que hemos llegado al lugar, que nuestro pueblo, eligió para homenajear al creador de nuestra Bandera Nacional, otro, nos indicaba que la obra fue iniciada en Junio del 2001. Esto despertó algunas inquietudes entre los presentes. “¿Porqué no se avanzó con la obra? ¿Habrá tenido algo que ver la crisis en la que estaba inmersa la argentina toda?”

La consulta de porqué no se concretó esta obra me obligó a recordar –mientras disfrutaba de la caminata- lo acontecido en aquel difícil año 2001, en el que el Municipio, contra todo lo que uno pueda imaginar, encaró por iniciativa propia con sus recursos, distintas acciones, que distinguían a la gestión sobre las otras de nuestra provincia.

Si mal no recuerdo, ese año, se aportó recursos para la construcción de la sede del club andino. Fue también el año en el que se construyeron redes de gas y agua para amplios sectores de la comunidad, que los vecinos podían pagar en cómodas cuotas. El municipio adoptó como propia la iniciativa del Club Andino de avanzar en la construcción de un centro de invierno en la hoya del chingue, lo que determinó que canjeara al propietario de la estancia Anita un lote de treinta hectáreas ubicado en soberana por el predio de más de 200 hectáreas, en la zona en al que el Club tenía desarrollado el proyecto. La laguna Nimez pasó a manos de la UNPA, para garantizar su mantenimiento y conservación. Se avanzó junto a la Cámara de comercio en la conformación del corredor turístico Madryn-Calafate-Ushuaia y se aportaron fondos para la campaña “Calafate todo el año”.

Y entre todas esas acciones, en un sencillo y emotivo acto, se presentó el proyecto del Parque General Belgrano. Ninguno de los presentes en ese acto, dudábamos de la concreción de la obra, todo lo contrario, sabíamos que los recurso estaban, dado que los vecinos, aprovechando la oportunidad de una moratoria, concurrían diariamente al municipio, a regularizar sus deudas, permitiendo al mismo, poder estimar ingresos excepcionales, por lo menos, por dos años.

La pregunta me sigue dando vueltas. ¿Qué pasó que esta obra no se concretó? ¿En que cambió la gestión de Méndez, que este tema dejó de ser prioridad? ¿Qué queda del Intendente que –con todos los defectos que le conocíamos- tenía la virtud de sentarse con las organizaciones de la comunidad y llevar adelante iniciativas, que priorizaban el interés general sobre los negocios particulares?

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