Dejamos al zorro en paz y continuamos unos kilómetros más sobre la ruta cuarenta. Estamos felices por lo inesperado del encuentro. Es hora de girar hacia el oeste, bordeando la margen norte del Lago Viedma. Me vuelve a pasar. Siento la adrenalina en mi cuerpo. Su imagen irrumpe sobre la estepa como una muralla natural. Y siento, lo que seguramente a muchos patagónicos nos suele pasar en este momento. Madre roca... padre cielo, tu llanto descansa al pie de los ventisqueros... y cada estrella se posa en tu cima blanca, alumbrando el camino de los silencios, la letra de Hugo Giménez Agüero vibra en mi interior como una plegaria. La ruta 23 se transforma en un poderoso imán que nos atrae hacia la montaña.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
no hay dia en que te vidsite y no me quede impresionada por la majestuosidad de la naturaleza.. esta montaña es preciosa, y el nombre, madre rocva.. woow... PADRE CIELO... woooowwwwwwww!! super!
ResponderBorraresta de fabula.
gracias por compartirlo.
un abrazo!
Simplemente increíble... fantástico, de verdad!
ResponderBorrarQue hermoso lugar, increible que halla lugares asi, y gracias por opinar,siempre me ayudan todos los comentarios.
ResponderBorrarmuy buenas tus fotos,un abrazo y un beso!
Que montaña tan hermosa. Gracias una vez mas por compartir, estas sensaciones i mostrarnos en todo su esplendor la rica naturaleza de la Patagonia. Abrazos.
ResponderBorrarNo hay duda que la madre roca
ResponderBorrarcon su increíble majestuosidad,
ha sido y es inspiración de
narradores y poetas.
Veo que como yo sois un enamorado
de la naturaleza,cuidémosla.
Un abrazo.
Sonia: gracias a ti por estar presente.
ResponderBorrarSusana: Siempre es apreciado tu comentario.
Vanessa: Por suerte todavia hay muchos lugares así, solo hay que decidirse a descubrirlos y compartirlos.
Montserrat: No estarás pensando en comprar algo no?
Marisa: Gracias por la visita y comparto eso de ser mas amables con la naturaleza.