A no desviarse del sendero Madre e Hija, parece ser la consigna y a uno se le disparan todo clase de especulaciones ¿Que habrá en este trayecto al que han denominado con tanta carga emotiva? ¿Cuantas hijas se habrán sentido interpeladas por esto que no llega a ser una consigna pero que está como latente en la antesala del paraíso? ¿Habrá en el trayecto un sendero hija que decide ser solo sendero hija?
Las infaltables gaviotas alborotaban el cielo plomizo sobre un montículo de basura recién depositada por un camión volcador amarillo. Allí, naturalmente, merodeaba el suizo. Y le gustaba robar; pero sus “colegas” del basural no soportaban, aunque al final debían hacerlo, esa costumbre. La ley no escrita era compartir la basura, compartir los espacios. Pero no robarse entre ellos. – El basural del frío Héctor Rodolfo Peña
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Zafar
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Qué nombre tan enigmático!
ResponderBorrarCuando concrete mis vacaciones programadas, que incluyen conocer tu localidad, te cuento!!
ResponderBorrarGracias por tu visita a mi Ciudad!
Abrazos!!