Ir al contenido principal

Desarraigo VI

Trato de centrarme en lo que seguramente debería ser mi única preocupación, el vender el campo, cobrar la comisión y seguir desarrollando mi trabajo. Pero no, no puedo evadirme de los pensamientos que disparan realidades como la de los peones rurales, que siguen igual o peor que los que osaron organizarse y desafiar a la historia que aun hoy se niega a darles un lugar como seres humanos. Ya no son chilenos, ahora uno encuentra correntinos, formoseños y chaqueños. No traen a su familia, vienen solos a cambio de la comida, alojamiento y un sueldo de peón rural que giran al norte en donde seguramente debe ser más que bienvenido.

Comentarios

  1. esos son los lugares, donde uno desconoce de limites. de limites de fronteras.
    de limites de horizontes, donde es cielo? donde es tierra?

    ResponderBorrar
  2. Esos desafíos que curten
    y dejan cicatrices.
    Es bueno pensar en los demás
    cosa que ya no ocurre a menudo.

    Gracias por acercarte por
    mi ventana y dejar
    un amable comentario.

    Un saludo.

    ResponderBorrar
  3. esto es el cuento de nunca acabar!

    =0S

    ResponderBorrar
  4. Me estoy enterando de cosas que no me gustan nada. Ahí en el humbral del mundo, no habeís oido hablar de los derechos humanos? Tu foto es bonita, pero lo que más me ha impresionado son tus relidades.
    Gracias por tus crónicas!

    ResponderBorrar
  5. Juana: Los limites los fué imponiendo el hombre con sus alambrados, aunque es cierto que uno puede muchas veces quedar atrapado en los espejismos que en medio de tanto desierto dibujan cielños en la tierra y tierra en los cielos.

    Marisa: Estoy dando esa batalla para no dejar de pensar en los demas, para que no me dé lo mismo lo que le pasa a los demás.

    Sonia: Como dice untema hermoso de Vox Dei:
    No puedo yo entender, si es asi la verdad
    de que sirve ganar, si despues perdere
    Inutil es pelear no puedo detenerlo
    lo que hoy empezé, no será eterno.

    Montserrat: Por estos lados la realidad es mas cruda de lo que muchos pueden imaginar y eso tal vez la haga mas interesante.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

No ser

Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre.  La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia.  Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...

La memoria espectral de los frigoríficos

Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...

Oveja negra

Es difícil no sufrir, no sentir la distancia con los demás, no pensar en el por qué te ha tocado a ti este camino de soledad Cuál es el precio que se paga por ser diferente, por no confundirse entre las majadas de ovejas blancas, por distinguirse entre tanta uniformidad.  Hay días en los que, en sueños, me veo correteando entre el montón, pero al despertar, vuelvo a mi realidad.  Es ahí cuando me digo: acepta tu destino, haz tu propio camino, vale pena intentar ser uno mismo.