Trato de centrarme en lo que seguramente debería ser mi única preocupación, el vender el campo, cobrar la comisión y seguir desarrollando mi trabajo. Pero no, no puedo evadirme de los pensamientos que disparan realidades como la de los peones rurales, que siguen igual o peor que los que osaron organizarse y desafiar a la historia que aun hoy se niega a darles un lugar como seres humanos. Ya no son chilenos, ahora uno encuentra correntinos, formoseños y chaqueños. No traen a su familia, vienen solos a cambio de la comida, alojamiento y un sueldo de peón rural que giran al norte en donde seguramente debe ser más que bienvenido.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
esos son los lugares, donde uno desconoce de limites. de limites de fronteras.
ResponderBorrarde limites de horizontes, donde es cielo? donde es tierra?
Esos desafíos que curten
ResponderBorrary dejan cicatrices.
Es bueno pensar en los demás
cosa que ya no ocurre a menudo.
Gracias por acercarte por
mi ventana y dejar
un amable comentario.
Un saludo.
esto es el cuento de nunca acabar!
ResponderBorrar=0S
Me estoy enterando de cosas que no me gustan nada. Ahí en el humbral del mundo, no habeís oido hablar de los derechos humanos? Tu foto es bonita, pero lo que más me ha impresionado son tus relidades.
ResponderBorrarGracias por tus crónicas!
Juana: Los limites los fué imponiendo el hombre con sus alambrados, aunque es cierto que uno puede muchas veces quedar atrapado en los espejismos que en medio de tanto desierto dibujan cielños en la tierra y tierra en los cielos.
ResponderBorrarMarisa: Estoy dando esa batalla para no dejar de pensar en los demas, para que no me dé lo mismo lo que le pasa a los demás.
Sonia: Como dice untema hermoso de Vox Dei:
No puedo yo entender, si es asi la verdad
de que sirve ganar, si despues perdere
Inutil es pelear no puedo detenerlo
lo que hoy empezé, no será eterno.
Montserrat: Por estos lados la realidad es mas cruda de lo que muchos pueden imaginar y eso tal vez la haga mas interesante.