Ir al contenido principal

Desarraigo IX

Emprendemos el regreso. Nunca tendremos raíz nunca tendremos hogar y sin embargo, ya ves, somos de acá... tarareo el tema de Charly, con cierta nostalgia, cuestionándome el valor de mi pertenencia a este espacio de tierra patagónica.


Es que seguramente este campo se venderá y la casa que hoy abriga en nosotros alguna esperanza de volver a tener vida permanente, permanecerá aun mas abandonada que hoy. Y Julián tendrá que buscar otro refugio que lo saque –aunque sea transitoriamente- de la intemperie social.

Comentarios

  1. Querido amigo, para nada tienes que cuestionarte el pertenecer a esta tierra grande i hermosa donde vives.No te lo debe parecer, pero te digo que eres muy afortunado. Saludos.

    ResponderBorrar
  2. Hola Alberto:
    Vine por acá, intrigado por ver quién había dejado el comentario sobre El zorro y las pulgas, y me encuentro con este blog lleno de sorpresas...
    Lo primero esas fotos fantásticas de lo que me imagino es la 40 o el camino de Gallegos a El Calafate. Me hicieron recordar al paisaje de Corcovado, cerca de Palena, al Suroeste del Chubut, abajo de Esquel.
    Y la canción de Charlie, qué adecuada! Lo mismo la de Baglietto (¿y Fandermole?).
    Lo que no termino de entender es esa ficción/no ficción política del otro blog, pero imagino que hay que vivir ahí para darse cuenta. O leer con más detenimiento a Perazolo...
    Un abrazo
    Fernando (El de La Pulpera)

    ResponderBorrar
  3. me doy cuenta que los territorios del planeta no son del todo nuestro... quizá nuestro único hogar sea un par de abrazos, un pecho para consolarse, unas mejillas que besar por siempre.

    ResponderBorrar
  4. Montserrat: Comparto plenamente lo espectacular del lugar, lo escrito intenta ser una mirada desde los que no la pasan tan bien por estos lados y que de alguna forma nos interpelan a todos…

    Fernando: Gracias por tu visita y por tus comentarios, a veces la ficción es una forma de aproximarse a la realidad con menos prejuicio y con una cuota de ingenuidad que la hace más amigable de lo que en realidad es. Muy interesante también tu blog.

    Sr. Cosmópolis: Tal vez solo seamos en algunos casos pasajeros y en su gran mayoria tripulantes de una gran nave que viaja a mil cuatrocientos kilómetros por hora alrededor del sol…

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

No ser

Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre.  La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia.  Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...

La memoria espectral de los frigoríficos

Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...

Oveja negra

Es difícil no sufrir, no sentir la distancia con los demás, no pensar en el por qué te ha tocado a ti este camino de soledad Cuál es el precio que se paga por ser diferente, por no confundirse entre las majadas de ovejas blancas, por distinguirse entre tanta uniformidad.  Hay días en los que, en sueños, me veo correteando entre el montón, pero al despertar, vuelvo a mi realidad.  Es ahí cuando me digo: acepta tu destino, haz tu propio camino, vale pena intentar ser uno mismo.