Sin perjuicio de la importancia democrática y funcional de los ámbitos nacionales o regionales (federalización de los Estados grandes o medianos) los ciudadanos tienen derecho, por razones de participación y de eficacia de la gestión pública, a un gobierno de proximidad.
En las regiones más urbanizadas, este gobierno debe tener una dimensión plurimunicipal o metropolitana. No se trata de suprimir los municipios, incluso los pequeños son ámbitos de representación y de gestión (a veces muy limitada) válidos. Pero casi siempre la gestión pública de proximidad requiere ámbitos de planificación y programación, de gestión de servicios costosos y de redistribución de recursos, que abarcan una diversidad de municipios.
Deberemos plantearnos la elección directa de estos gobiernos para que adquieran una mayor legitimidad democrática y para garantizar que se tenga más en cuenta a las personas que a los kilómetros cuadrados.
En las regiones más urbanizadas, este gobierno debe tener una dimensión plurimunicipal o metropolitana. No se trata de suprimir los municipios, incluso los pequeños son ámbitos de representación y de gestión (a veces muy limitada) válidos. Pero casi siempre la gestión pública de proximidad requiere ámbitos de planificación y programación, de gestión de servicios costosos y de redistribución de recursos, que abarcan una diversidad de municipios.
Deberemos plantearnos la elección directa de estos gobiernos para que adquieran una mayor legitimidad democrática y para garantizar que se tenga más en cuenta a las personas que a los kilómetros cuadrados.
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