El sendero nos va permitiendo entrar en contacto con el bosque nativo de lengas. A la par de él corre un arroyo cristalino. No imaginamos aun desde donde proviene. A medida que subimos comenzamos a encontrar nieve que la tenue primavera no ha logrado disipar. Un aroma parecido a cuando uno termina de cortar su pasto impregna todo el ambiente. Mis pulmones comienzan a sentir un poco la presión de la altura. Hago una pausa y cuando giro para sentarme sobre un árbol caído, puedo contemplar –a mitad del trayecto- la majestuosidad del paisaje.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
una foto magnifica
ResponderBorrarsensación sin duda de sentirse bien, cómodo entre tanta belleza. Espacios infinitos y anchos donde perder primero la vista y luego los pasos...
ResponderBorrarDe alguna forma yo también percibo la llegada de la primavera, aunque aquí lo que se avecina es el oscuro invierno.
Abrazos.
Y lo grandioso que es el universo...
ResponderBorrarbesotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con una taza de cafe caliente, siempre que quieras...
No tengo mas adjetivos! soberbia la madre Piedra, desde donde la mires.
ResponderBorrarCon ebrazo con envidia sana.
parece como si fuera un cuadro de anime japones, los colres intensos y puros.. es precioso.
ResponderBorrargracias pro compartirlo.
abrazos
Ohhhhhh, que bonitas fotos y que lejos estoy.
ResponderBorrarUn saludo.