El sendero nos va permitiendo entrar en contacto con el bosque nativo de lengas. A la par de él corre un arroyo cristalino. No imaginamos aun desde donde proviene. A medida que subimos comenzamos a encontrar nieve que la tenue primavera no ha logrado disipar. Un aroma parecido a cuando uno termina de cortar su pasto impregna todo el ambiente. Mis pulmones comienzan a sentir un poco la presión de la altura. Hago una pausa y cuando giro para sentarme sobre un árbol caído, puedo contemplar –a mitad del trayecto- la majestuosidad del paisaje.
Cuando miro las fotos de los frigoríficos —ese primer intento de desarrollo industrial, que surgió como complemento del oro blanco que representó la lana ovina—, no me pregunto por qué dejaron de funcionar, porque eso tiene relación con factores externos a nosotros. Lo que me provoca —el entrecruzamiento de fotos de “ estas ruinas, impregnadas de la temporalidad” (1) , que reflejan un momento de la ocupación capitalista del territorio—, es pensar en cómo, el abordaje del pasado, puede ayudarnos a entramar los hilos de un futuro que no deja de ser incierto. ¿Son estas fotos un espejo en el que nos podemos mirar para empezar a reconocernos? Ahí se me aparece, Florida Blanca, ese asentamiento español, que -cuando deciden abandonarlo- lo prenden fuego. Imagino al aónikenk observando esa escena. Ellos que eran nómades por naturaleza, que más tarde sucumbieron frente al proceso de colonización de la tierra, tratando de entender, el porqué de esa destrucción. Pienso tambien en los ...
una foto magnifica
ResponderBorrarsensación sin duda de sentirse bien, cómodo entre tanta belleza. Espacios infinitos y anchos donde perder primero la vista y luego los pasos...
ResponderBorrarDe alguna forma yo también percibo la llegada de la primavera, aunque aquí lo que se avecina es el oscuro invierno.
Abrazos.
Y lo grandioso que es el universo...
ResponderBorrarbesotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con una taza de cafe caliente, siempre que quieras...
No tengo mas adjetivos! soberbia la madre Piedra, desde donde la mires.
ResponderBorrarCon ebrazo con envidia sana.
parece como si fuera un cuadro de anime japones, los colres intensos y puros.. es precioso.
ResponderBorrargracias pro compartirlo.
abrazos
Ohhhhhh, que bonitas fotos y que lejos estoy.
ResponderBorrarUn saludo.