Los últimos veinte metros de desnivel son prácticamente verticales. No hay mucho de que agarrarse. Puede que logre subir, pero el descenso –al no contar con bastones- puede resultar muy riesgoso. Los pensamientos luchan por imponerle al momento una cuota de racionalidad. Pero no es lo que necesito en este momento. Acepto mi circunstancial imposibilidad y dispongo a disfrutar lo logrado, no con resignación, sino con la tranquilidad de haberlo intentado, con la esperanza y la certeza de que habrá una nueva oportunidad, que la madre roca continuará hasta el fin de los tiempos alumbrando el camino de los silencios.
Llegué a la escritura motivado por una búsqueda, en principio inconsciente, que se corporizó en mí cuando empecé a tener noción de lo que representaba el haber nacido en un campamento petrolero. Un lugar que, a la vez, era ningún lugar; un hábitat en el que, el único rasgo permanente, estaba conformado por lo provisorio. De hecho, mi permanencia en Cañadón Seco, duró lo que pudo haber durado la convalecencia posparto de mi madre. La imagino a ella llevándome en brazos, en el transporte de Mottino y Acuña, mezclada entre los obreros que regresaban a Caleta Olivia. Apenas unas horas de vida tenía y ya formaba parte de un colectivo. Un colectivo de obreros, llegados de todos lados buscando el amparo de eso que se erguía como una sigla que, en ese tiempo, todo lo podía: YPF. —Nacido en Cañadón Seco —decía cuando me preguntaban— y criado en Caleta Olivia —agregaba en el intento de transmitir alguna certeza acerca de mi origen. Empecé a pensar en esto cuando me vine a vivir ...
Hola. Creo que acabas de publicar en mi blog ,he venido para conocerte y me he encontrado con que eres una persona de las que buscan la belleza subiendo e intentando alcanzar metas en las montañas. Y creo además que dentro de tí hay un poeta que escribe versos a medida que va escalando. No creo equivocarme en mucho. Espero conocerte más.
ResponderBorrarUn cariñoso saludo desde Barcelona.
Belíssimo!
ResponderBorrarUm abraço da
Madalena
Una foto muy bonita, cada vez más cerca del cielo.
ResponderBorrarUn abrazo.
Se requiere tiempo para hacerse a la idea de todo lo que nos cuentas.
ResponderBorrarIntentaré no perderme en esta inmensidad como aquel témpano que fue, hasta que desapareció...
Un lujo andar por aquí.
Se requiere tiempo para hacerse a la idea de todo lo que nos cuentas.
ResponderBorrarIntentaré no perderme en esta inmensidad como aquel témpano que fue, hasta que desapareció...
Un lujo andar por aquí.
Vaaaaaaaaale, dos lujos... Internet es así...
ResponderBorrary dando el paso a nuevas palabras
ResponderBorrarDe eso estoy segura. La madre roca continuará firme, entera, íntegra, por un tiempo indefinido, tras nuestro leve pasar.
ResponderBorrarSaludos y gracias por tu visita y comentario
Hace casi un año que anduve por tu tierra, solo que en vez de subir montañas estuve conduciendo por la Patagonia y visitando glaciares.
ResponderBorrarFue un viaje impresionante del que guardo muy buenos recuedos. De hecho le dediqué un blog, Ruta 40.
Un saludo.
Interesantes paisajes, algún dia me animaré a conocerlos, me gusta hacer recorridos por la montaña. Por ahora solo he paseado por Venezuela y Colombia, y aun me queda mucho que ver alli..., por no hablar de casi toda Europa a pesar de que me queda mas cerquita de casa.
ResponderBorrarMe ha encantado el blog.
Un cordial saludo
Vine a agradecer tu visita y me volgé leyendo tu aventura, me gusta mucho tu manera de relatar tan concisa y dando un panorama de lo que estás viendo.
ResponderBorrarVolveré.
Saluditos!
• con la mirada atenta...
ResponderBorrarImpresionantes agujas.
Me gustaría estar allí.
• saludos
____________________________
•CR & LMA•